Jacobo ha decidido morir. Un accidente de tráfico lo ha dejado parapléjico y con dolores tan fuertes que le hacen la vida insoportable. David, su padre, se enfrenta a la más dura de todas las pruebas: ser testigo del proceso. Mientras Jacobo viaja a un lugar de Estados Unidos donde su muerte sea posible, David soporta en Nueva York las horas aferrándose a la esperanza de una inevitable pregunta: ¿se arrepentirá su hijo en el último minuto? Casi veinte años después, con la visión desgastada y el espíritu atento, David reconstruye su vida en Nueva York, sus días de pintor prolífico, el accidente de Jacobo y, sobre todo, los momentos de espera junto a su familia, mientras su hijo se dirige al destino que ha elegido. El estupor del dolor no le impide presenciar la belleza con infinita atención, y su relato se convierte en testimonio de la vida misma, tan inmensa y poderosa que incluso contiene la muerte. Esta potente y emotiva novela representa de manera lúcida la narrativa de un autor que siempre se ha interesado por explorar la cercanía de los opuestos, mostrándonos que cuando la muerte es inminente, no queda más remedio que contar y reivindicar la vida. Aquí las palabras y los silencios son igual de intensos. Una vez más, Tomás González nos conmueve con el poder de las cosas que se saben callar.
Opinión Personal
No tengo nada más que añadir en resumen ya que sorprendentemente todo lo dice la sinopsis, con exactitud y demás, que es un libro corto pero tiene la conmoción de muchas vidas escritas en una narración fácil, limpia y poética, con su prosa detallada y su descripción de la vida misma, nos sumerge en emociones encontradas de los personajes.
La portada es hermosa y con sus 132 paginas conocemos el dolor en primera persona, la sensualidad de la vejez y el deterioro de la vida, solo para ser más clara me encanto su forma de utilizar la narrativa dando saltos en el pasado a su presente en el mismo párrafo y hacer que David el pintor sea diferente y tocar las constancias de su inteligencia y de su ignorancia.
No hay nada que decir sin decirles un spolier o algo, al ser una novela corta y emotiva, sólo queda decir que la recomiendo altamente si quieren emocionarse y el autor los involucre en su mundo de sombras y de personajes entrañables.
Es muy raro que en La Mesa caiga granizo. La primera vez que me toca en dieciséis años. Es el estruendo mismo de la luz. Difícil vivir algo más hermoso. Es la destrucción del yo, la disolución del individuo. El aire huele a agua y a polvo y uno no es nadir. No se oye ni para escribirGracias a Alfaguara
Que buena pinta tiene este libro... :D tomo nota para adquirirlo en un futuro.
ResponderEliminarGracias por la reseña, si no fuera por ella ni me entero de la existencia de este libro.
Como para llorar mucho! me llama la historia, así que lo buscaré, aparte de que esta cortito y así no se prolongará tanto el drama; eso me gusta.
ResponderEliminarSaludos :)
Hola!
ResponderEliminarAcabo de encontrar tu blog y me encanta :)
Te sigo y te invito a que te pases por mi blog.
Besitos.
Pinta muy bien n.n
ResponderEliminarGracias por la reseña!
Besos n.n