
Casada con apenas dieciséis años con su amigo y vecino de diecinueve,
el conde de Maybury, Georgia siempre ha sido fiel a su marido, aunque
jamás dejó de coquetear con otros hombres y actuar de una manera que,
para las rígidas convenciones de la época, podía parecer demasiado
atrevida. Cuando el conde muere en un duelo, arrecian los rumores de
infidelidad y engaño. La joven viuda debe ocultarse en casa de sus
padres para superar el dolor por la muerte de su marido y para
protegerse de las maledicencias.
Pero no contaba con que aparecería lord Dracy, un noble arruinado
pero increíblemente atractivo. Y mucho menos que el propio padre de
Georgia la ofrecería en matrimonio a Dracy para pagar una deuda de
juego. Mientras ella trata de recobrar su reputación y Dracy intenta
desvelar el complot que se oculta tras los malintencionados rumores,
surge entre ambos una atracción que puede poner en peligro todo aquello
por lo que luchan.

A Daniel Smythe-Smith le molesta bastante que lo acusen de hacer trampas
en el juego. Y, si además está ebrio, las cosas pueden empeorar mucho.
Después de un duelo en el que mutila a su rival, Daniel debe exiliarse.
Cuando, por fin regresa, no da crédito a sus ojos al encontrarse con
Anne Wynter, institutriz de sus primas. A pesar de que su vida aún corre
peligro, Daniel hace todo lo posible por acercarse a ella. Y a Anne no
le es indiferente ese joven y caballeroso noble. Pero la bella e
inteligente Anne ha hecho grandes esfuerzos para dejar atrás su pasado y
conseguir el trabajo de institutriz. Porque ella también tiene un
secreto que ocultar, y la presencia de Daniel puede dejarlo al
descubierto. De todas maneras, a pesar de los riesgos, la atracción
entre Anne y Daniel es cada vez más difícil de superar, especialmente si
las propias primas de Daniel, las alumnas de Anne, parecen decididas a
que triunfe el amor..
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"Los libros son espejos: sólo se ve en ellos lo que uno ya lleva adentro"