Che de Milan no pasa por su mejor momento. Tres días después del funeral de su madre, recibe la urna con las cenizas y una nota adjunta recordándole una promesa que tenía medio olvidada: Conforme a nuestro acuerdo, ahora debes llevarme a Canterbury. En un principio desecha la idea. Al fin y al cabo, era solo una de las ideas excéntricas de su madre… Pero tras recibir una segunda carta de su novio, en la que la abandona por otra, toma la decisión definitiva: se marcha a Canterbury. De mala gana, se une a ocho desconocidas en un viaje de casi cien kilómetros entre Londres y el santuario de Thomas Becket en la catedral de Canterbury, conocido por sus milagros.
Che, que es una adicta al trabajo, se verá obligada a aflojar el ritmo, a dejarse llevar y a tomar conciencia del mundo que la rodea. Las peregrinas van narrando historias por el camino a la manera de Chaucer, rivalizando por ver quién consigue plasmar con más acierto la verdadera esencia del amor. A medida que estrecha lazos con sus compañeras (y, lo que es más importante, consigo misma), Che irá descubriendo las difíciles y sorprendentes enseñanzas que nos depara el camino acerca de la vida y la muerte, el amor, el desamor y las virtudes de la imperfección.
Opinión Personal
Hay que destacar la llamativa portada y que en lo personal me encanto,
Es una historia sencilla llena de anectodas y enseñanzas, tenemos a varias mujeres que van hacer el tour a Canterbury como peregrinas, haciendo el recorrido como los peregrinos de Los cuentos de Canterbury escritos por Chaucer a finales del siglo XIVe iran contando por turnos una historia, tenemos a nuestra protagonista que se llama Che y desde ahí algo va raro, jajaja. ella es soltera llegando a los 50 y tiene problemas para conectar y con la separación de su novio decide realizar el último deseo de su madre y recorrer kilómetros para sanarse.
Casi todas las familias tienen sus anécdotas oficiales, imagino, y las cuentan una y otra vez, y cada vez que las cuentan tanto el narrador como los oyentes constatan que el mundo es un lugar comprensible. Supongo que podría aducirse que el mismo hecho de contar una historia es un acto de fe, dado que fomenta la creencia en que la vida tiene de verdad un planteamiento, un nudo y un desenlace; la certeza de que todos nos dirigimos a alguna parte, de que los acontecimientos aparentemente aleatorios de nuestras vidas significan algo, de que el mañana será algo más que una repetición del ayer, una y otra vez”.
si te gusta las historias para un fin de semana, estilo comer, rezar o amar es para ti, o si solo quieres recorrer con ella el duelo y la fuerza para vivir es para ti.
Gracias a Ediciones Urano México
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"Los libros son espejos: sólo se ve en ellos lo que uno ya lleva adentro"